Tema

Teniendo en consideración la factibilidad con el material lapideo, el Serizzo Antigorio, el artista será fornido de un bloque con dimensiones adaptas para la realización de la obra a tamaño real. El artista propondrá una obra figurativa, en el cual el sujeto la vaca Bruna Alpina, podrá ser libremente interpretado según las diferentes peculiaridades que la caracterizan. La Musa Agreste definida en su contexto histórico social: como compañera de trabajo para el hombre, madre y mujer en el paisaje rural, como generatriz de bienes, presencia sonora, como ser intermediario entre la naturaleza y el hombre, metáfora de maternidad y fertilidad, portadora de amor austero e intimista.

Circundado por la cadena de montañas Alpinas, el territorio del Verbano Cusio Ossola, se considera una de las zonas de mayor atracción en el norte del Piemonte, destacando su creación armónica a través de sus gigantes rocas, su flora y su fauna, junto con los lagos Maggiore, De Orta y Mergozzo, siendo considerados elementos de comunicación y cambios, ya desde los celtas, hasta nuestros días.
Siguiendo el latido espontáneo de la tierra, este territorio riquísimo de sensaciones y de emociones, alterna las cuatro estaciones, regalando a ciudadanos y turistas una imagen sencilla y rica de contrastes.
Es en esta zona que el hombre, desde tiempos remotos, ha conectado y relacionado su existencia con la expresión de lo que estaba alrededor de él: la naturaleza no sólo considerada como paisaje sino también como su íntima cómplice, linfa vital.

Desde hace mucho tiempo, la ganadería era muy difundida, muchos bovinos, poblaban los prados a baja y larga altitud. En el territorio Ossolano, no era difícil encontrar numerosas lecherías, esparcidas en las pequeñas calles, que devenvan, lugares de encuentro para ganaderos, campesinos, pastores y famillas. Aquí, producían artesanalmente, los derivados de la leche: perlas de la economía local.
La primera riqueza del territorio Ossolano era la Bruna Alpina, considerada la Musa Agreste, protagonista, con sus suaves movimientos. Contemporáneamente un bien geológico, de líneas duras e imponentes, avanzaba y caracterizaba otro aspecto laboral siempre más importante: la extracción y elaboración lapideo.
Los primeros picapedreros, con los únicos instrumentos que disponían, cachiporra, punta, trasformaban un bloque bruto, en un precioso producto, útil, indispensable para la vida cotidiana, innumerables las construcciones de edificios como: casas, establos, heniles, calles, iglesias y capillas también. Con repetida constancia incansable, el hombre golpeaba la piedra, un tintineo metálico difundido resonaba entre las montañas, escandiba el tiempo del sentido laboral, entre los cencerros sonoros.

La constancia del trabajo, las dificultades, el sacrificio y la fatiga de estas profesiones, seguramente no se dispersaron en un desconsolado olvido, sino ya representaban las semillas de los frutos de hoy. Particularmente, imagines históricas, y sobretodo cuentos de quien ha vivido la historia, transmiten importantes testimonios de este primordial binomio Piedra-Musa Agreste, que caracterizó profundamente el excursus evolutivo ambiental y laboral del hombre.